Espinas de maguey para el autosacrificio

Alejandra Aguirre Molina

Otros de los artefactos utilizados para la extracción de sangre, que se han localizado también con mucha frecuencia en los depósitos rituales del Templo Mayor de Tenochtitlan, son las espinas de maguey, las cuales eran extraídas principalmente de dos especies: Agave salmiana y Agave mapisaga, que son las que se encuentran comúnmente en los terrenos de cultivo de zonas aledañas a la Cuenca de México, por lo que la obtención de este tipo de utensilios debió ser una tarea sencilla, lo que seguramente influyó para que se volvieran el instrumento más empleado tanto por los sacerdotes mexicas como por los guerreros, e incluso por la población en general, aunque también eran empleadas por las deidades.

El uso de estos artefactos se registra tanto en algunas festividades calendáricas como en la vigilia de todas las fiestas. Son los instrumentos para realizar el ritual del autosacrificio más representados en las fuentes pictográficas y, al igual que los punzones de hueso, están presentes en un mito de creación: el del Sol y la Luna, donde los dioses Tecuciztécatl y Nanahuatzin hicieron penitencia antes de arrojarse a la hoguera para convertirse en el Sol, el primero con espinas hechas con piedras preciosas y, el segundo, con espinas de maguey.

Algunas de las espinas localizadas en contextos de ofrenda estaban asociadas a otros elementos vegetales, como restos de hojas de maíz, lo que posiblemente hace referencia al culto a la tierra y la fertilidad. Aunque en las fuentes del siglo XVI se menciona que las espinas de maguey después de haber sido empleadas para extraer la sangre eran ensartadas en bolas de heno llamadas zacatapayolli (bola de zacate), elemento representado también con frecuencia en varias pictografías y en la plástica mexica, hasta el momento no se ha hallado ninguna evidencia en los depósitos rituales.

Imagen: Un zacatapayolli (bola de zacate) al pie de la escalinata. Códice Magliabechiano, f. 79r. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces.

Alejandra Aguirre Molina. Doctora en estudios mesoamericanos por la UNAM. Miembro del Proyecto Templo Mayor del INAH. Especialista en el registro y análisis de los depósitos rituales mexicas.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Aguirre Molina, Alejandra, “La sangre preciosa del sacrificio en las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 185, p. 54-59.